Cinco lugares a conocer en su viaje a Europa

Recorremos cinco cafés y bares emblemáticos para cualquier visitantes de Paris, Venecia, Berlín, Londres y Barcelona.

LES DEUX MAGOTS, París
Los desayunos son una de las especialidades de este café parisino, sobre todo por el sabor y el perfume a manteca de las croissants y los panes. Hasta 1885, cuando abrió como café, en este local del barrio Saint Germain des Pres funcionaba una tienda de ultramarinos y novedades. El nombre está relacionado con las dos figuras chinas de madera que hay dentro del café. Los mozos siguen con la tradición de vestir traje y moño negros y camisa blanca, un detalle que habla de la elegancia y la amabilidad del Les Deux Magots. Casi todos los grandes artistas que vivieron o pasaron por París a comienzos del siglo XX, estuvieron aquí: Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Ernesto Sábato. Tanta literatura debía tener sus efectos: en 1933 se creó el Premio Deux Magots. Fue un sitio de referencia para los escritores y filósofos existencialistas y, con la presencia de André Breton, también de los surrealistas. Lo mejor, si hay lugar, es sentarse al aire libre e intentar ver, o imaginar, la escena que veía desde allí Pablo Picasso.

LES DEUX MAGOTS, París

LES DEUX MAGOTS, París

ELS QUATRE GATS, Barcelona
En 1897 abrió como cervecería, restaurante y cabaret, gracias a una idea del pintor Pere Romeu. Instalado en un edificio de corte modernista, Els Quatre Gats (Los cuatro gatos) sigue siendo un símbolo de Barcelona. Estuvo inspirado en Le Chat Noir (El gato negro) de París, pero durante su corta vida como cabaret, hasta 1903, paralelamente tuvo una gran movida artística: se publicaba una revista con el nombre del lugar y las dos primeras exposiciones de arte individuales que hizo Pablo Picasso fueron en Els Quatre Gats. El artista hizo el dibujo que ilustraba la tapa del menú. En esa época funcionaba como una mezcla de taberna, hostal y cervecería. Por esas características los intelectuales y bohemios pronto lo eligieran como punto de encuentro. Además, funcionó como sala musical y literaria. Ahora es más que nada un restaurante, pero está abierto desde las 10 de la mañana: bien se puede tomar un café o desayunar.

ELS QUATRE GATS, Barcelona

QUADRI, Venecia

QUADRI, Venecia
Un café a la turca en el Quadri, un lungo, un espresso… El Quadri fue, el primero en ofrecer el café a la turca. Además, la leyenda dice también, que el compositor Richard Wagner dejó de concurrir al café Florian -su cercano rival- para no tener que cruzarse ni saludar a Verdi. El Quadri sigue siendo una platea desde donde mirar ese bello escenario que es Venecia. Y tomar un café cuesta lo que vale. Mucho. En verano hay música clásica al aire libre, una suerte de juego entre las orquestas de los dos cafés: cuando tocan los músicos del Florian, los del Quadri hacen silencio. Bajo los arcos de la piazza, fue abierto en 1775 por Giorgio Quadri, quien tenía una fuerte competencia: era una época en la que el consumo de café estaba muy de moda en la ciudad y había más de doscientos cafés, muchos en San Marcos. En 1830 fue restaurado manteniendo la línea y la decoración.

QUADRI, Venecia

CAFE EINSTEIN, Berlín

CAFE EINSTEIN, Berlín
En el mítico paseo Unter den Linden, el café Einstein, de fines del siglo XX, tiene un bonito jardín, y el aire entre elegante y bohemio de los cafés vieneses. Sirven un café de primera clase, de un aroma más que tentador, en bandejas y sobre mesas de mármol, con bases de madera maciza. Sillones, sillas, todo confortable, detrás de un espeso telón que protege del frío. Y un gran ventanal para mirar este teatro histórico que es Berlín, como que a sólo 150 metros está la Puerta de Brandenburgo. Además de diarios de todos los continentes, en el Einstein uno puede encontrarse con políticos, artistas, periodistas. La invitación a conocerlo, desde la página web, dice: «Tome asiento en un café europeo. Es el Einstein la sala de espera de la poesía». Para comer, especialidades como Apfelstrudel (strudel de manzanas).

CAFE EINSTEIN, Berlín

MAISON BERTAUX, Londres

MAISON BERTAUX, Londres
En el Soho londinense, esta pastelería y café bien podría ser la más antigua de la ciudad. Es de 1870 y, con su fachada pintada de azul oscuro y el toldo a rayas azules y blancas que apenas cubre una parte de la vereda, persiste en el número 28 de Greek Street. Adentro, se respira cierta bohemia, con telas de tul rosa, lámparas de pared, un piano y mesas y sillas de madera oscura. Las tarteletas de crema y frutillas, las perfumadas tortas de chocolate y frutas, y los macarrones de coco son algunas de las especialidades.

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